El 31 de diciembre acecha a la vuelta de la esquina y con ello, una vez mas, surge la necesidad de realizar nuestro cierre contable y fiscal del ejercicio. Esto que muchas veces se percibe como un deber u obligación, es en realidad una oportunidad para analizar la salud de nuestra empresa o situación personal si somos autónomos y poder así realizar una previsión a futuro que nos permita fijar objetivos realistas enfocados en el crecimiento de nuestro negocio.
Una correcta planificación fiscal nos permitirá analizar en la normativa cuales son los principales incentivos fiscales de los que nos podremos beneficiar en lo que nos supondría un ahorro en cuanto al pago de impuestos o en su defecto y si nos llega a interesar, por lo menos poder aprovechar un diferimiento en el pago de los mismos. Todo ello, por supuesto, teniendo en cuenta que el cumplimiento normativo es fundamental dadas las elevadas sanciones a las que podemos vernos sometidos (da igual que nuestras incorrecciones se deban a un error y estemos dispuestos a subsanarlas) y por ello una correcta planificación ayuda a reducir estos riesgos
ALGO MAS QUE IMPUESTOS
Revisar bien temas como la financiación, el control de nuestros inmovilizados, las valoración de las existencias, las cuentas por pagar y por cobrar e incluso los propios ingresos y gastos recogidos en el ejercicio es fundamental para poder conocer perfectamente nuestra situación empresarial.
Detalles como recoger un ingreso o un gasto en el periodo incorrecto sin atender a su devengo, una valoración de las existencias que no se ciña al marco de información financiera aplicable, o una previsión incorrecta de tesorería, pueden llevarnos a obtener una fotografía de nuestra empresa que no se ajuste a la realidad y por tanto que esto nos lleve a tomar decisiones de las que nos podríamos arrepentir en un futuro.
En definitiva el proceso de cierre del ejercicio nos debe permitir no solo determinar nuestro resultado y la cuota del impuesto de sociedades (o IRPF) a pagar sino exponer también otros aspectos del día a día del negocio que nos sirvan como herramientas en la toma de decisiones.
Santiago Hevia
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